Queremos compartir con ustedes la 1º parte de un articulo exclusivo para Laboratorio Proyar, redactado por el Dr. Jorge Alonso. Médico, MN 67.640, Director del posgrado de Fitomedicina de la U.B.A. y Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina.
Nutrigenómicos y salud (Parte 1)
Sin lugar a dudas la farmacología de síntesis ha ofrecido al campo de la terapéutica, un importante número de moléculas que permitieron hacer frente a una gran cantidad de patologías, permitiendo progresos en la calidad de vida de los pacientes. No obstante, es bueno señalar que en gran medida estos productos de síntesis se fundaron o basaron en el aislamiento y purificación de moléculas extraídas de fuentes naturales como ser plantas superiores, microhongos o venenos animales.
Entre estos ejemplos contamos con las estatinas (hipocolesterolemiantes) obtenidas a partir de hongos que fermentan el arroz; taxol (antitumoral) obtenido del árbol del tejo; etopósido y tenopósido, (antitumorales) obtenidos del podófilo; captopril (antihipertensivo) obtenido del veneno de serpientes; metformina (hipoglucemiante) obtenido de la galega; silimarina (hepatoprotector) obtenido del cardo mariano; galantamina (para el Alzheimer) obtenido del galanto, el CBD (Cannabidiol) obtenido del Cannabis, para el tratamiento de epilepsias refractarias en los niños, y muchísimos más ejemplos.
También es importante señalar que las plantas medicinales siguen aportando sus extractos brutos (sin proceder a la síntesis química) participando por medio de la Fitoterapia convencional con sus principios activos, liderando el abordaje de patologías de capital importancia médica como sucede con la insuficiencia circulatoria cerebral (Ginkgo biloba), insuficiencia venosa crónica (cardo mariano), hipertrofia benigna de próstata (Serenoa repens), tos y expectoración (hiedra), etc.
No obstante, la temática de empleo de productos naturales en salud humana ha tomado a partir del siglo XXI un nuevo giro gracias al aporte de la biotecnología y el conocimiento del genoma humano. De esta forma, fueron apareciendo nuevos conceptos que prometen cambiar en pocos años más el rumbo de la terapéutica actual. Me estoy refiriendo al concepto de Nutrigenómicos, que define a “aquellos nutrientes o fitoquímicos presentes en alimentos o plantas, capaces de modificar genes de expresión que determinan enfermedades”.
Este concepto ha revolucionado el actual campo de la nutrición científica, y se cuentan de a miles las nuevas investigaciones con moléculas de alimentos y su rol en genes que expresan enfermedades tales como diabetes, cáncer, artritis, Alzheimer, asma, etc. La idea es “torcer el rumbo de la expresión de un gen hacia una enfermedad”. ¿Se puede? Por ahora, la respuesta la están dando solo alimentos y plantas medicinales.
Una de las moléculas que está llamando poderosamente la atención de la comunidad científica está presente en las Crucíferas: es el Indol-3-Carbinol (I-3-C), el cual abunda fundamentalmente en el brócoli y coles. El rol que cumple esta molécula, junto a su metabolito Di-Indol-Metano (DIM), en la prevención de varios tipos de cánceres expresados genéticamente (por ejemplo cáncer de mama), la está postulando como uno de los más importantes nutrigenómicos de la actualidad.
Otra molécula que no le va en zaga es el ácido elágico que abunda en los berries (en especial en la granada), con gran cantidad de investigaciones en cáncer (por ejemplo carcinoma de próstata) y como cardioprotector. El resveratrol (presente en maníes, la vid, y su producto de fermentación: el vino) también aparece con propiedades antioxidantes, cardioprotectoras, hipolipemiantes y antitumorales.
Continuará en segunda entrega.