Se trata de una planta que crece en zonas desérticas del Ártico, en especial en las estepas de Siberia. Su utilización desde tiempos remotos ha contribuido a que esta especie se la considere de uso tradicional. Si bien existen trabajos científicos que avalan sus usos y propiedades, estos son a baja escala y las propiedades medicinales de esta planta ameritan una investigación más amplia.

El Comité de Medicamentos a base de Plantas (HMPC) de la Unión Europea llega a la conclusión de que, basándose en el uso tradicional, la raíz de Rodiola se puede utilizar para el alivio temporal de síntomas de estrés como la fatiga y la sensación de debilidad. También que los medicamentos que contienen raíz de Rodiola son por lo general bien tolerados y no se han comunicado efectos adversos con estos medicamentos.

Otra acción reconocida es la de adaptógena, que junto al Ginseng (Panax ginseng C.A. Meyer), Maca (Lepidium meyenii Walp) y Eleuterococo (Eleutherococo senticosum Maxim.) forman parte de las formulaciones más populares y conocidas con esta acción.

Investigaciones sugieren que la Rodiola podría mejorar las funciones cognitivas, aunque mayores estudios son necesarios para determinar esta acción debido a que el efecto antifatiga puede estar ligado a la mejora de estas funciones.

Otros usos potenciales indican que los extractos de Rodiola podrían actuar como protectores neuronales contra los efectos provocados por toxinas y aumentar la longevidad en las personas.

A forma de resumen podemos mencionar las siguientes propiedades atribuidas por el uso tradicional y en proceso de investigación con avances promisorios: Antifatiga, Tónico, Antiestrés, Adaptógeno, Estimulante, Protector neuronal y Aumenta la longevidad.