Desde Laboratorio Proyar queremos compartir con ustedes la 1º parte de un articulo exclusivo para nuestros clientes, redactado por el Dr. Jorge Alonso. Médico, MN 67.640, Director del posgrado de Fitomedicina de la U.B.A. y Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina.
Productos naturales para la memoria (Parte 1)
Las condiciones de vida actual nos someten diariamente a situaciones de estrés que terminan afectando no solo el sistema inmunológico, sino también la capacidad de atención, memoria, concentración, aprendizaje, calidad del sueño y el rendimiento físico en general. A ello debemos sumar el ineludible paso del tiempo que también termina afectando nuestras capacidades intelectuales, y con ello una merma de nuestras funciones cognitivas generales.
La medicina actual ha ido en la búsqueda de alternativas que permitan paliar y frenar esta situación de deterioro progresivo intelectual, y lo ha hecho a través de la incorporación de determinados suplementos obtenidos de fuentes alimentarias naturales, que por medio del método de investigación científica (la denominada “medicina basada en la evidencia”), han generado resultados muy auspiciosos y alentadores en este campo. Como resultado de estas pesquisas, se han hallado en los últimos años una serie de compuestos imprescindibles para mantener indemnes el traslado de la información recibida y la conectividad neuronal, dando así lugar al nacimiento de una nueva familia de productos para el cerebro: nos estamos refiriendo a los nootrópicos.
¿Qué son lo nootrópicos? En primer lugar, son sustancias con afinidad directa hacia las neuronas, motivo por el cual la ciencia las denominó “drogas inteligentes”. Este nuevo concepto excede de la simple noción de reforzar la memoria, sino que amplía su espectro de actividad hacia la estimulación de las funciones cognitivas generales que involucran aspectos tan importantes como la creatividad, la motivación, la concentración, los reflejos y el aprendizaje. De ahí que gran parte de sus consumidores sean personas jóvenes o de mediana edad con posiciones importantes de tomas de decisiones en la vida.
Inicialmente, la ciencia investigó drogas químicas que permiten obtener estos beneficios, encontrándose entre ellas el piracetam, la nicergolina, el memantine o la citicolina. Sin embargo, la revisión final de meta-análisis y estudios clínicos concluyó que sus beneficios eran escasos e incluso peligrosos para darlos en ciertas personas mayores de edad. Por tal motivo, la investigación se volcó en gran parte hacia el campo de los alimentos y plantas medicinales que pudieran contemplar los tres aspectos que toda droga debe resguardar: seguridad, eficacia y calidad.
Fue así que nos encontramos con la fosfatidilserina, un tipo de grasa benéfica que se obtiene actualmente a partir de los derivados de la soja (específicamente de la lecitina) o también del repollo. El mecanismo de acción general de la fosfatidilserina se basa en elevar la tasa de neurotransmisores en el cerebro como por ejemplo la serotonina (vinculada a las situaciones de armonía, relax, antiestrés), la dopamina (vinculada a la atención, estimulación) y la acetilcolinalina (relacionada a la mantención de la memoria y captación de la información recibida). A todo ello se le debe sumar la mejoría en la captación de glucosa por parte de las neuronas (fuente indispensable de energía), del aporte en el suministro de oxígeno al cerebro, y del estímulo en el crecimiento hormonal. Por todos estos motivos, y por la seguridad de su toma tanto en jóvenes como en personas mayores, la fosfatidilserina se erige como el principal agente nootrópico moderno. Se dosifica en cápsulas o comprimidos, a razón de 100 mg, 1 a 3 veces al día (según necesidades). Ya hay varios productos en el circuito comercial farmacéutico de Argentina.
Otra droga vegetal que conforma el nuevo grupo de nootrópicos es la especie Bacopa monnieri (Brahmi para la medicina ayurveda) que ha dado muy buenos resultados en niños con déficit de atención y memoria, no estando aún comercializada en Argentina, aunque sí en forma de recetas magistrales. En adultos cumple un rol neuroprotector, antioxidante y mejorador de la atención y memoria. Los principios activos son los bacósidos A y B, y las bacosaponinas. Las dosis útiles en trastornos iniciales de la memoria se sitúan en el orden de los 200-500 mg diarios, y en casos de enfermedad de Alzheimer, entre 500 y 1000 mg diarios.
Continuará en segunda parte.