Desde Laboratorio Proyar queremos compartir con ustedes la 2º parte de un articulo exclusivo para nuestros clientes, redactado por el Dr. Jorge Alonso. Médico, MN 67.640, Director del posgrado de Fitomedicina de la U.B.A. y Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina.
Plantas Hepáticas (Parte 2) Ver primera parte
Actividad Mixta
Se trata de aquellas plantas que demostraron ejercer tanto actividad colerética como colagoga. Resulta dificil establecer cual especie es colagoga y cual colerética, por lo que en la práctica se las agrupa con ambas funciones. Entre las principales especies con actividad mixta cuentan las hojas del boldo (Peumus boldus), las hojas de la alcachofa (Cynara scolymus), la raíz de diente de león (Taraxacum officinale), las hojas de menta (Mentha x piperita), la corteza y hoja de agracejo (Berberis vulgaris), hojas de combreto (Combretum micrathum) y la hoja y sumidad florida del romero (Rosmarinus officinalis).
Tanto las plantas coleréticas, colagogas o de actividad mixta, se suelen prescribir en forma de tintura para consumo por vía oral, ya sea solas o mezcladas entre sí 2, 3 o más plantas. Esto es lo que predomina en el mercado farmacéutico con el concepto de “gotas hepáticas”. La dosis suele rondar las 30-50 gotas, dos veces al día, en un poco de agua. También pueden presentarse en comprimidos, para tomar siempre después de las comidas principales.
Actividad Hepatoprotectora
Las plantas que aquí actúan ejercen una actividad protectora del hepatocito frente a agentes externos tóxicos, infecciosos o contaminantes. Estas plantas suelen trabajar mediante mecanismos antioxidantes y y activando los sistemas enzimáticos detoxificantes del hepatocito, como el sistema glutatión y la SOD (superóxido dismutasa). En cualquiera de los casos, no debe de omitirse la prescripción de una dieta que reduzca la incorporación de grasas, reducción de carbohidratos de rápida asimilación y mejora en los aportes de sustancias de solubilización como la colina y la lecitina. Una masticación lenta y pausada, sumada a la incorporación de líquidos antes y/o después de las comidas (no durante), facilitan el funcionamiento digestivo.
Las plantas que cumplen con actividad hepatoprotectora son: las hojas de alcachofa (Cynara scolymus), el fruto del cardo mariano (Silybum marianum), la parte aérea de la carqueja (Baccharis articulata), la parte aérea del crisantelo (Chrysanthellum indicum), el rizoma de cúrcuma (Curcuma longa), la raíz de saiko o falso boldo (Bupleurum falcatum),y las hojas o frutos del grosellero negro (Ribes nigrum). En menor medida cuentan las hojas de la zanahoria (Daucus carota) y el hongo shiitake (Lentinus edodes).
Uno de los vegetales más apreciados como hepatoprotector ha resultado ser el cardo mariano, el cual contiene una mezcla de flavanolignanos que en su conjunto se conocen con el nombre de silimarina, constituidos básicamente por silibina (la más activa), silidianina, silicristina, isosilibina y silibinina. En forma de cocimiento se emplea el fruto a razón de 3-6 g de droga, 2-3 veces al día. La silimarina se prescribe a razón de 150-400 mg/día en forma de comprimidos. Un detalle no menor es que la silimarina es uno de los pocos compuestor que puede prevenir o combatir el fallo hepático producto de una intoxicación con el hongo Amanita phalloides.
El otro gran hepatoprotector es la cúrcuma, cuyo rizoma contiene curcuminoides (especialmente curcumina). Los curcuminoides se suelen activar en presencia de pimiento negro (Piper nigrum) de ahí que aparezcan formas combinadas de ambos. Sino, la forma de presentación liposomada (sin pimiento negro) también cuenta con buena concentración de curcuminoides. En comprimidos, se suele dar extracto de cúrcuma a razón de 500-700 mg, dos veces al día, con 10 o 15 mg de pimiento negro. La cúrcuma, además, es antioxidante y antiinflamatoria. Tanto la cúrcuma como el cardo mariano se suelen dar en casos de hígado graso, para evitar su evolución a cirrosis.