Desde Laboratorio Proyar queremos compartir con ustedes la 1º parte de un articulo exclusivo para nuestros clientes, redactado por el Dr. Jorge Alonso. Médico, MN 67.640, Director del posgrado de Fitomedicina de la U.B.A. y Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina.

Constipación: Laxantes en fitoterapia (Parte 1)

Se denomina estreñimiento habitual o constipación a una alteración funcional del tránsito intestinal, con localización preferencial en el intestino grueso, debido a una deficiencia en la intensidad de los movimientos peristálticos, que resultan en un retardo en la evacuación de las heces. Esto debe distinguirse de los retrasos que ocurren en el intestino delgado, en donde hablaremos de obstrucción en vez de constipación.
Normalmente la evacuación de un alimento se realiza en alrededor de 30 o 40 horas a partir de su ingreso. Cuando se supera esa medida horaria, se habla de retardo evacuatorio. Entre las causas de constipación podemos señalar: sedentarismo, falta de tonicidad de los músculos del colon, freno voluntario del deseo evacuatorio (altera el ritmo horario), déficit de vitamina B1 y potasio, abuso de laxantes, drogas (nicotina, anfetaminas, exceso de té), poca ingesta líquida o de fibra en la dieta diaria, divertículos, colon irritable, hemorroides, etc.

Medidas a tomar:

• Aumentar el volumen alimenticio y la cantidad de líquidos.

• Aumentar la fibra alimentaria: Los alimentos ricos en celulosa (salvado de trigo, granos enteros) son capaces de absorber mucho líquido y sales biliares, actuando como estímulo mecánico, ya que provocan aumento en el peristaltismo intestinal, y requieren menor tiempo para ser evacuados. A la vez, aumentan el volumen de las heces. También ofician como estimulante químico al generar compuestos ácidos orgánicos (succínico y láctico) debido al ataque bacteriano que soporta. Estos ácidos provocan una excitación neuromuscular que favorece el peristaltismo.
Se conoce con el nombre de fibra a la porción de vegetal que no es absorbida en el intestino delgado. Químicamente está representada por celulosa, hemicelulosa, lignina, pectina, y otros polisacáridos. Se aconseja en casos de estreñimiento agregar fibras o pan de salvado (afrecho) en orden de los 15-30 gr. El excesivo suministro de fibras y productos de salvado no es recomendable ya que pueden generar:

– Flatulencia, meteorismo e incluso diarrea.
– Disminución en la absorción de algunos nutrientes (hierro, calcio, zinc y magnesio, debido a la función de ligar cationes).
– Excesiva secreción de grasas por heces (esteatorrea) y consecutivamente, déficit de vitaminas liposolubles.

• Aumentar las secreciones intestinales: Por ejemplo es lo que hace la lactosa, un disacárido de escasa velocidad de absorción, en la porción distal del íleon. Al ser atacada por las bacterias, produce ácido láctico, el cual estimula el peristaltismo y aumenta las secreciones.
También son absorbidos lentamente los aceites vegetales, los cuales en la porción distal del intestino favorecen el peristaltismo. A la misma vez, en duodeno, determinan la secreción de CCK (colecistoquinina), hormona que hace contraer la vesícula, haciendo ingresar más bilis y sales biliares, que terminan también estimulando el peristaltismo.

• Aumentar la cantidad de ácidos orgánicos: Como los contenidos en las frutas, los cuales son excitantes de la musculatura intestinal, y aparte, suministran el ión potasio, necesario para que la musculatura del intestino reaccione frente al estímulo motor. Es el caso de las ciruelas, contienen el principio activo ácido di-hidroxifenil-isatin, el cual ejerce un efecto laxante especialmente en el intestino delgado. También ayudan en esa finalidad, aunque en menor cuantía, los vinos blancos, vinos espumantes y el vinagre.

• Aumentar los estímulos térmicos: Líquidos fríos en ayunas (agua bien helada), y jugos cítricos bien fríos, por ejemplo.

• Repetir los estímulos fraccionando la dieta: Da mejores resultados distribuir fraccionadamente el volumen total de lo que se va a ingerir que comerlo todo de una sola vez. Así se facilita la respuesta motora del intestino.

• Generar el hábito: Aunque no se tenga deseos de evacuar, conviene sentarse en el inodoro todas las mañanas en el mismo horario. Nuestro organismo tarde o temprano responde a los ciclos impuestos, y por ello, podemos generar un propio ciclo activo.

Continuará en segunda parte.