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  • Diarreas (Parte 2)
  • 8/08/2023
  • Desde Laboratorio Proyar queremos compartir con ustedes la 2º parte de un articulo exclusivo para nuestros clientes, redactado por el Dr. Jorge Alonso. Médico, MN 67.640, Director del posgrado de Fitomedicina de la U.B.A. y Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina.

     

    Diarreas: Abordaje con productos naturales (Parte 2)

    Ver primera parte

     

    Tratamiento

    La nutrición desempeña un papel muy importante en los primeros momentos del cuadro diarreico. Se comenzará con una dieta líquida a base de agua de arroz, decocción de manzana o zanahoria, y jugo de limón diluido. En una segunda instancia se continuará con arroz blanco cocido, manzana y zanahoria ralladas. En varios centros de salud se provee de la denominada «formulación de rehidratación oral» recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), consistente en cloruro de sodio y cloruro de potasio (relación 2:1), citrato de sodio, glucosa y cloruros. En algunos lugares reemplazan el citrato de sodio por bicarbonato de sodio, aunque este último se conserva poco en ambientes muy calurosos.

     

    El tratamiento convencional con agentes farmacológicos, si bien es de uso corriente, se debería reservar para tratar casos muy urgentes a efectos de obtener una acción rápida que evite desequilibrios electrolíticos que pongan en riesgo la vida del paciente. Entre estos agentes destacan el difenoxilato y la loperamida (análogos de la meperidina), y la codeína (análogo de la morfina). Los dos primeros son derivados hemisintéticos del pimiento negro (Piper nigrum) en tanto la codeína es un derivado opiáceo hallado en Papaver somniferum, empleado antiguamente en jarabes para la tos y actualmente como agente sinérgico analgésico (por ej. combinado a paracetamol).

     

    Estos fármacos no están exentos de riesgos. En efecto, la codeína y el difenoxilato (no la loperamida) atraviesan la barrera hematoencefálica y pueden generar depresión respiratoria y euforia. También pueden retrasar la eliminación de Shigella y de otras bacterias enteroinvasivas, a la vez que incrementan las adherencias bacterianas. Su uso crónico puede conducir a la generación de íleo paralítico y megacolon tóxico. El uso de antibióticos debe limitarse a casos muy concretos, ya que muchas diarreas son autolimitadas (en pocos días ceden), pueden generar resistencia y proliferación de otros microorganismos (p. ej., Clostridium difficile), y se corre el riesgo de que disminuyan la flora intestinal.

     

    Entre los antidiarreicos de origen vegetal destacan las plantas con taninos de alto poder astringente. Al precipitar las proteínas, los taninos forman una capa protectora en la mucosa intestinal protegiendo su pared frente a sustancias irritantes (impidiendo así su absorción), disminuyendo las secreciones de agua y electrolitos hacia la luz intestinal, y deteniendo posibles hemorragias. Uno de los más populares es el ácido tánico proveniente del roble (Quercus sp.). Se emplea en forma de tanato (de albúmina, de gelatina o de polividona). El tanato de albúmina es uno de los más empleados, a dosis de 2-4 g al día. Sino, la propia corteza de roble se puede dar en decocción (2-6 g al día). Otra planta rica en taninos es el té verde (Camellia sinensis). Se da en infusión (3-6 g diarios).

     

    Otro grupo interesante son las plantas con mucílagos, los cuales son compuestos activos con capacidad antiinflamatoria y adsorbente (adhieren las toxinas a su superficie, para luego eliminarlas). Entre las especies ricas en mucílago destacan las semillas de ispágula (Plantago ovata = Plantago ispaghula) y de zaragatona (Plantago afra = Plantago psyllium). Para ambas, la dosis es de hasta 40 g al día de semillas en infusión. Por ejemplo se ponen 10 g de semillas en 200 ml de agua. Hervir 5 minutos. Administrar 2-4 veces al día. Actúan además, absorbiendo líquidos intestinales y formando una barrera protectora antisecretora sobre la luz intestinal. Esto proporciona una mejor consistencia de las heces. Los beneficios observados en los ensayos clínicos efectuados con estas semillas han sido significativos, e incluso generaron menor urgencia fecal respecto a otras drogas antidiarreicas como la loperamida.

     

    Un flavonoide muy empleado en diarreas es la quercetina presente en las hojas de la guayaba (Psidium guajava). La quercetina es uno de los más importantes recursos para el control de las diarreas producidas por agentes virales (p. ej., rotavirus en los niños) y bacterianos (varias enterobacterias, incluyendo Salmonella, Shigella y E. coli). En este sentido, la quercetina actúa localmente como antagonista del calcio, inhibiendo su incorporación en la fibra muscular lisa intestinal, lo que se traduce en una disminución temporal del peristaltismo. Por otra parte, bloquea los sistemas de secreción de bacterias enteropatógenas gramnegativas, como es el caso del bloqueo de la proteína Esp-B de E. coli. Se prescribe en forma de decocción de sus hojas, siendo incluso recomendada por la OMS.

     

    La incorporación de probióticos es importante para reponer la flora intestinal. No obstante, no debe ser simultáneamente con la aparición de la diarrea, sino tras un período de estabilidad. En la actualidad es muy empleado el kéfir (de agua preferentemente), ya que aporta unos 13 probióticos. El chucrut (col blanca fermentada) aporta cuatro o cinco probióticos. También pueden ser aportados en forma de cápsulas o comprimidos (Lactobacillus acidophyllus, Saccharomyces cerevisiae = levadura de cerveza, etc.). La clorofila líquida es un buen aporte para el colon, en especial por su acción desintoxicante.

    Por último, como consejo, se recomienda que la prescripción de los productos naturales se realice únicamente en diarreas leves a moderadas. Los casos graves requieren siempre de rehidratación oral (esquema OMS) y determinar fehacientemente la causa.

     

     

VADEMECUM / OTRAS DROGAS VEGETALES

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