Así como el Té Verde, Rojo o Negro, el Té Blanco es derivado de la Camellia sinensis L. Es un producto con un concepto novedoso y saludable, que brinda todas las cualidades y propiedades de la Camellia sinensis, con un bajo contenido en bases xantínicas (cafeína, teína, teofilina, etc.).

El Té Blanco ha logrado posicionarse dentro del universo de las infusiones y si bien es cierto que es un producto más costoso, tiene a su favor un delicado sabor, gran capacidad ontioxidante y prácticamente ninguna contraindicación debido a su bajo valor en cafeína (aproximadamente la mitad de la que contiene el Té Verde).

El Té Blanco contienen una mayor cantidad de polifenoles y catequinas, respecto de los otros productos derivados de la Camellia sinensis, por lo que su alto poder antioxidante estimula las defensas del organismo y previene contra el ataque de los radicales libres. Estos efectos están relacionados a la protección de la oxidación celular en los tejidos que determina una acción anti-age. En oncología experimental se está investigando su acción antitumoral.

Las propiedades más destacadas del Té Blanco son las siguientes:
– Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
– Disminuye el riesgo de padecer cáncer.
– Previene infartos.
– Disminuye los niveles de colesterol.
– Protege la dentadura de las caries.
– Previene contra infecciones.
– Aumenta las defensas del organismo.
– Combate la fatiga.

Otra propiedad del Té Blanco está relacionada con su acción adelgazante o reductora, debido a que produce una aceleración del metabolismo y favorece la reducción de grasa corporal y colesterol. También es un depurador, desintoxicante y estimulante de las secreciones digestivas.